Servicio de Bomberos de Carolina del Norte: gran parte de Carolina del Norte presenta “alto riesgo” de incendio en medio de la sequía

Esta semana, el Servicio de Bomberos de Carolina del Norte calificó las áreas de Piedmont, Sandhills y Coastal Plains del estado como de “alto riesgo” de incendio. Los bomberos estatales dicen que la sequía persistente y el aire seco hacen que el combustible para el fuego, como las ramitas y las agujas de pino, sean aún más secos. Si a la mezcla se suma el viento, las condiciones son las adecuadas para que el fuego se encienda y se propague rápidamente.

Con California sufriendo devastadores incendios forestales este mes, la estrategia a largo plazo de Carolina del Norte en materia de gestión forestal está cobrando protagonismo.

First in Forestry: North Carolina’s Forest Management is a Model for the Nation, un informe de 2023 encargado por la Fundación John Locke, sostiene que las quemas controladas previenen la acumulación de combustible, protegen a las comunidades y reducen el impacto catastrófico de los incendios forestales recurrentes.

Aunque los estados del este son menos susceptibles a los incendios forestales que los del oeste, ciertamente no son completamente inmunes. Los incendios forestales en Carolina del Norte pueden variar significativamente cada año tanto en número como en extensión. Un verano seco, especialmente si sigue a una primavera húmeda, puede aumentar la cantidad de acres susceptibles a quemarse.

Un método que ha demostrado ser muy eficaz para reducir los riesgos de incendio en las zonas forestales son las “quemas prescritas” o “quemas controladas”. Los funcionarios electos estatales apoyan esta práctica y han hablado de ampliarla, según el informe de JLF.

“El fuego es una parte natural del medio ambiente y ocurre con frecuencia en todo Carolina del Norte. Muchos de nuestros bosques necesitan del fuego para mantenerse sanos y prosperar”, dijo Philip Jackson, director de información del Servicio Forestal de Carolina del Norte, al Carolina Journal. “El fuego prescrito es el uso planificado del fuego bajo parámetros meteorológicos y de combustible predeterminados para obtener objetivos de gestión específicos. Es una herramienta de gestión forestal importante y, a menudo, de bajo costo”.

Carolina del Norte es uno de los 11 estados del sudeste con programas de certificación de administradores de quemas, y Florida es el estado líder en la nación en quemas controladas.

“El estilo proactivo de gestión forestal de Carolina del Norte, que permite múltiples usos de los bosques nacionales y estatales, incluido el espaciamiento regular, el aclareo, la cosecha y las quemas prescritas, ayuda a mantener bosques saludables y resistentes”, dijo Jason Hayes, autor del informe del JLF y director de política energética y ambiental en el Centro Mackinac al Carolina Journal.

Los funcionarios electos estatales han dado informes verbales de que algunas áreas no se habían quemado en más de un cuarto de siglo, según el informe del JLF. Los representantes del Servicio Forestal de los Estados Unidos apoyaron con entusiasmo las quemas prescritas, diciendo que son la opción más fácil.

“La quema prescrita aplicada con cuidado y profesionalidad reduce la hojarasca y los restos leñosos que alimentan los incendios forestales difíciles de controlar”, continuó Jackson. “También ayuda a mejorar el hábitat de muchas especies de vida silvestre y reduce la competencia de la vegetación indeseable. La quema prescrita también imita los beneficios de los incendios naturales al abrir el dosel forestal, lo que permite que crezcan diversas plantas. Uno de los objetivos delineados en el Plan de Acción Forestal de Carolina del Norte es aumentar el uso beneficioso de la quema prescrita y, al mismo tiempo, aumentar la cantidad de acres quemados para beneficiar la salud de los bosques, el hábitat de la vida silvestre y reducir los peligros de incendios forestales potencialmente catastróficos”.

Según el informe, el USDA advierte sobre los resultados peligrosos de responder a cada incendio en áreas adaptadas al fuego. Con algunas excepciones, vemos una tendencia general en la disminución de los incendios que se correlaciona con la disminución de los acres quemados entre 2011 y 2021.

Gráfico del informe First in Forestry de la Fundación John Locke, pág. 64.

“El ejemplo de Carolina del Norte contrasta marcadamente con el de California, donde las políticas energéticas y ambientales mal informadas limitan la gestión activa y fomentan la vegetación excesiva y la acumulación de combustible”, concluyó Hayes. “Los incendios forestales pueden surgir fácilmente y afectar a los californianos cuando esas condiciones se encuentran en áreas con viviendas e infraestructuras humanas y se combinan con condiciones climáticas completamente predecibles, como sequías recurrentes y fuertes vientos de Santa Ana. La gestión forestal activa, como la que se practica en Carolina del Norte, no solo salvaguarda los ecosistemas, sino que también protege a las comunidades y reduce los riesgos de incendios forestales”.

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