OPINIÓN: La nueva propuesta federal perjudicará a las familias y pequeñas empresas de Carolina del Norte que pagan sus facturas a tiempo

Como alguien que ha enseñado conocimientos financieros en todo el estado de Tar Heel, sé que las familias y las pequeñas empresas de Carolina del Norte están haciendo todo lo posible para pagar las facturas a tiempo, incluso cuando los precios siguen subiendo. Lamentablemente, una nueva propuesta de los reguladores federales de Washington pronto podría castigar a quienes intentan hacer lo correcto.

La propuesta en cuestión proviene de la Oficina de Protección Financiera del Consumidor (CFPB) y reduciría el límite de los cargos por pagos atrasados de las tarjetas de crédito. Este cambio esencialmente penalizará a quienes pagan sus facturas a tiempo en beneficio de quienes no lo hacen y desencadenaría una serie de eventos que perjudicarán a los consumidores, las pequeñas empresas y los bancos comunitarios locales.

Los reguladores federales están considerando reducir los cargos por pagos atrasados de tarjetas de crédito de $30 a $8. Inicialmente, esto puede parecer una buena noticia para los titulares de tarjetas. En realidad, aumentará los costos para los consumidores, restringirá el crédito que tanto necesitan las pequeñas empresas y diezmará a los bancos locales que entienden a sus comunidades de una manera que los grandes bancos no entienden.

Los consumidores corren el riesgo de perder mucho como resultado de esta propuesta, que les quita el incentivo de pagar las facturas a tiempo. A su vez, los bancos y las cooperativas de crédito no tendrán otra opción que compensar estos costos encareciendo sus servicios para todos, agrupando a quienes pagan sus facturas a tiempo con quienes no lo hacen.

Cuando la gente no paga sus facturas a tiempo, los emisores de crédito también se verán obligados a aumentar las tasas de interés, reducir los populares programas de recompensas y limitar el acceso a nuevas líneas de crédito. Es importante destacar que los puntajes crediticios de los pagadores morosos también caerán en picado, lo que resultará en tasas de interés más altas y reducciones en las líneas de crédito, especialmente entre las comunidades de color que tradicionalmente han enfrentado barreras sistémicas para el acceso al crédito.

Las pequeñas empresas también pagarán por este cambio de política equivocado. Carolina del Norte alberga aproximadamente  964,000 pequeñas empresas que emplean a 1.7 millones de personas en nuestro estado. Muchas de estas pequeñas empresas dependen del acceso a crédito asequible para sobrevivir. El acceso al crédito permite a las empresas contratar más trabajadores, comprar los suministros necesarios y ampliar su huella.

Desafortunadamente, la propuesta del CFPB tiene el potencial de restringir severamente este acceso al capital, porque los bancos ya no estarían en condiciones de prestar a prestatarios potenciales debido a las pérdidas asociadas con las personas que no pagan sus facturas a su vencimiento. Como alguien involucrado en las industrias de restaurantes y bienes raíces en nuestro estado, he visto de primera mano cuán crítico es el acceso al crédito para las pequeñas empresas y temo que esta propuesta pueda sacar a muchas de estas compañías del negocio debido a los crecientes costos bancarios o al quedarse sin acceso a sus servicios crédito en su totalidad.

Por último, los bancos y prestamistas más pequeños se verán desproporcionadamente perjudicados por esta norma. Si bien los grandes bancos podrán absorber las pérdidas causadas por la reducción del límite de los cargos por pagos atrasados, los bancos comunitarios más pequeños tendrán dificultades para afrontar las pérdidas sufridas. Muchas pequeñas empresas en Winston-Salem y en todo nuestro estado prefieren trabajar con bancos y cooperativas de crédito más pequeños que conocen y en los que confían. Esta propuesta tiene el potencial de sacar del negocio a estas instituciones financieras locales, quitándoles un sustento financiero clave para muchas empresas de nuestra comunidad.

La gran mayoría de las familias y pequeñas empresas de Carolina del Norte toman decisiones financieras responsables y hacen todo lo posible para cumplir con sus obligaciones financieras. Los reguladores federales no deberían crear un entorno político en el que castiguemos a las personas que pagan sus facturas a tiempo y restrinjamos el acceso al crédito para las pequeñas empresas. Los funcionarios electos de nuestro estado deberían apoyar a los habitantes de Carolina del Norte y oponerse abiertamente a esta propuesta.

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